En Ashtanga vinyasa yoga se trabaja siempre la misma secuencia con movimientos fluidos, continuos y energéticos.
En el estilo Mysore el practicante sigue su propio ritmo, acompañado por los ajustes del profesor.
Todos los movimientos están sumamente ligados a la respiración y es mentalmente retadora, entras en un estado meditativo en movimiento, escuchando tu propia respiración sonora.
Es para todo el mundo, no existen los niveles, cada uno llega con lo que tiene en cada momento y con eso se trabaja.
Cada practicante irá conociendo y aceptando sus limitaciones y como consecuencia aumentando sus límites.
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