
Virabhadrasana, o la postura del Guerrero como también se conoce, tiene su propia historia. Una historia trágica donde el amor, la generosidad y la bondad terminan mostrándose como consecuencia de un mal anterior.
Los personajes de esta historia son Shiva, que representa el Ser puro; Daksha, que representa el ego; y Sati, que representa el corazón.
El rey Daksha es un antiguo Dios creador y un gran defensor de las tradiciones. Su hija Sati decide casarse con el Dios Shiva, el cual representa todo lo contrario, no le gustan las tradiciones, no le gustan las leyes, le encanta meditar y hacerlo solo, cosa que se separa mucho de la realidad del rey.
Sati y y Shiva contraen matrimonio aun sabiendo que no sería aprobado por su padre.
Cuando el rey Daksha se entera de que su hija se unió en matrimonio con Shiva entra en cólera y enfadado organiza una de las fiestas más importantes desde su reinado, invitando a todo ser viviente del reino, incluido dioses y seres mitológicos, pero no a su hija y a su yerno.
Era un acto en el que dejaba claro su postura y el hecho de que su hija ya no formaba parte de su vida.
Sati, preocupada por la situación, decide plantar cara a su padre y acude a la fiesta para rendir cuentas con él, mientras que su marido, el Dios Shiva, prefiere aguardar meditando en las montañas.
Cuando llegó a la fiesta, su padre comienza a ridiculizarla consiguiendo que todos sus invitados se mofen de ella.
Entre risas y burlas, Sati, humillada, comenzó a meditar y consiguió llegar a lo más profundo de su interior aumentando su fuego interno hasta arder en llamas.
Cuando Shiva se enteró la irá se apoderó de él y se arranco su larga cabellera trenzada de la que surgió el guerrero más temible de todos, Virabhadra.
Éste marchó a la fiesta para matar al rey y a todos sus invitados.
Cuando llegó alzó sus espadas y le decapitó.
Tras esto, Shiva acudió a la fiesta para regodearse de lo ocurrido, pero pasó todo lo contrario, el remordimiento comenzó a inundarle, apareció la tristeza y la pena.
Éste, decidió devolverle a la vida colocándole la cabeza de una cabra. El rey olvidó todos los remordimientos que tenía al descubrir la pureza del corazón de Shiva y se inclinó ante él.
Shiva volvió a las montañas a meditar en solitario y para el resto de su vida.
Esta leyenda representa la lucha interna que tenemos los seres humanos contra nuestro ego y con la ignorancia, los principales problemas de la humanidad. Cuando hacemos la postura del guerrero estamos representando la fuerza, la confianza y la consciencia de éste.
Virabhadrasana I, representa el momento en el que Shiva alza sus dos espadas
Virabhadrasana II, cuando Shiva apunta con sus espadas al rey.
Virabhadrasana III, cuando el rey es decapitado.
Cuando realices Virabhadrasana, cualquiera de sus variables, recuerda que lo que estas haciendo es estar presente y firme en la postura, buscando encontrar esa fuerza y voluntad para destruir tu ego y eliminar así tus limitaciones.
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